lunes, 14 de septiembre de 2015

Ascensor espacial de Thoth Technology

  Durante el mes de Julio de 2015, una empresa canadiense con sede en la localidad de Pembroke, la Thoth Technology, patentó la idea desarrollada durante años de construir un ascensor espacial.




Este ascensor espacial permitiría transportar con facilidad vehículos al espacio y realizar lanzamientos de aviones espaciales en una órbita terrestre baja. La torre constaría de una base, la cual consistiría en una torre presurizada neumáticamente por razones de carácter obvio y guiada con la ayuda de giroscopios para poder compensar así la presión de los vientos, y una torre construida con polietileno y kevlar, sustancia ciertamente ligera a la par que resistente (muchos automóviles están compuestos de kevlar, así como los chalecos antibalas).

Dicha torre estaría al igual que la base presurizada con gas; gracias al kevlar y a una perfecta e invariable presurización resistente a cualquier fuerza externa se podría dotar a la torre la imperturbabilidad y rigidez necesarias para poder llevar hasta ella vehículos espaciales de gran tonelaje. Hay que pensar que hay que subir vehículos de decenas y cientos -en algunos casos- de toneladas en un ascensor de 20 kilómetros. Puede parecer fácil a simple vista, pero desde luego es una de las tareas más complejas a las que nos podemos enfrentar.


El director técnico de la prensa, a su vez doctor, licenciado y profesor asociado de Ingeniería Espacial en la YU (Universidad de York) canadiense, Brendan Quine, ha revelado el coste de la misma, que no es poco: de 5.000 a 10.000 millones de dólares en un principio, más un coste temporal de 3 a 5 años para construir una réplica de la torre y otros tres años para construir esta misma a escala real (20 kilómetros), esta primera para realizar pruebas y estudiar múltiples variables; nos iríamos pues a una demora de 6 a 8 años.



Todavía no ha habido pronunciamiento financiero, pero de producirse sería una de las obras de la ingeniería más increíbles realizadas hasta la fecha. 




Lo que me hace recordar:






martes, 19 de mayo de 2015

Valentía

            Disfruto de los pequeños placeres aberrantes del existir en una sociedad arremetida entre una construcción social limitante y un constante estigma a lo que no se entiende a simple vista, a todo eso que conlleva creatividad, novedad, orgullo, expresión, cultura, belleza, miedo y Amor.

Entre señoras con la presión alta y caballeros aterrados de tanto ver valentías con pies transitar en las calles, con sus peculiares vestidos cortos, las transparencias y las osadías de pelo multicolor por decir poco. peor aún, sintiéndose dueños de su porvenir. Pero qué atrevidos son quienes tienen valentía, como si fuese cosa de ser quien eres tal cual. Inaudito.

No tienen perdón con la exposición, ni tampoco con la cautela, los hay quienes prefieren la noche y otros que disfrutan del primer sol del amanecer. llenos de gozo, liberan sus ansias de existir y ser para no parecer. Las hay, Los hay y les hay. Nadie les impone ni tampoco se les exige, nadie puso esperanza en tales potencias.

Contemplan sus figuras sin recelo, sin emitir critica alguna, sólo disfrutar. cometen ocultismo, rehúsan la conformidad de lo que se entrega tan fácil, criados para luchar por todo. se desorientan con la simplicidad del obtener. no tienen miedo a bailar, menos para besar. 


De sonrisas frágiles con gusto a libertad, de miradas camufladas con tristeza, con mentalidades tan abiertas que no cabe prejuicio en su diccionario, anarquistas, empoderados y malcriados. así eramos.

¿Manos tomadas?, ni hablar de ello. menos sentir amor arrebatado. siempre disimular las caricias y jamás ser vistos por ojos asesinos. huimos a los parques y rincones urbanos donde el alcohol nos despoje de pesares y permitan lo que nos perteneció por derecho.

Sociedades moralmente instruidas para aniquilar cualquier rasgo de afecto que no se genere por sola procreación ni estructura instaurada. Este mundo nos hizo para ser quienes vivimos en la trinchera del importuno y la sumisión, esclavos de nuestros gustos. los míos algo más críticos y dignos de una lapidación que los tuyos.

Placer, el saber que no me aprecias ni me respetas. más aún de corromper tu mirada con ambigüedad y desfachatez. no saben el placer exquisito que entrega el saber que tu voluntad se quiebra ante la capacidad de ser quien soy. del rencor por algo que te pertenece tanto como a mí, de disfrutar e invitarle a vivirlo. 

Ahora, no por ser más tarde que ayer. tendremos que perder el singular gusto de admitir el nuevo aire de libertad. tal ves miraremos desde los costados, a todos lo nuevo que vendrá. pero si ha de ocurrir, sólo siento miedo de un día ser el mártir de quien sólo quiso nacer como es. Libre.





miércoles, 25 de febrero de 2015

viajar

Es asombrosa la terapia de las vacaciones, toda la descompresión que genera el abandonar el epicentro de los conflictos diarios para aventurarse en nuevas experiencias, con toda la liviandad que se puede adquirir y la completa tolerancia al destino que se avecina. situaciones muy complejas para quienes no han tenido el placer de ser aventureros por naturaleza.

Como pocos años, por fortunas de tener una amiga-cómplice-hermana y también contar con poca experiencia en el arte de viajar, es que puedo catalogar este año como uno de los más prometedores que he vivido, y eso es mucho decir viniendo de mi propia opinión.

Con un comienzo alucinante en mi ambiente predilecto, el cielo, inicié el cierre de un ciclo difícil por decir lo menos, con la clara convicción de que el tiempo fuera me haría bien para olvidar problemas y recuerdos, no sospeché que estas serían LAS VACACIONES.

Enriquecido regresé a casa, con un dulce y satisfactorio gusto de haber cometido tanto, bailar sin miedo, de haber mirado tantos lugares, de rostros, acentos, comidas, posturas y culturas. todo acompañado con un increíble sentimiento de que no todas las familias se crean de sólo aparearse, que entre viajeros existe un dialecto que sólo ellos entienden, y el gusto de extrañar el hogar cuando se está lejos.

Sin tener la idea del peso que cargué en el año, solo hasta cuando decidí dejar de vivir rutinas y dar paso a la circunstancia y casualidades es que las sonrisas sinceras se volvieron parte de mis días, junto a ellos el constante asombro de conocer personalidades tan variadas reunidas por las mismas razones, aprender desde las distintas maneras de comer el pan del desayuno hasta conocer quien complete mis oraciones, viviendo a kilómetros de mí.

Hoy, puedo decir que si antes temía del destino implacable, gran rival para quienes adoramos manipular todas las opciones y barajar errores. no tiene absoluto sentido si no aceptas los riesgos como detalles sabrosos de la vida, y que sin lugar a dudar si pudiese volver a migrar de mi tierra lo haría, con quienes estimo bastante.

Gracias.

Gracias hermana




viernes, 30 de enero de 2015

VALENTINA TERESHKOVA

En 1962 fue seleccionada para su ingreso en el cuerpo femenino de cosmonautas. De entre más de cuatrocientas candidatas, cinco fueron seleccionadas: Tatiana Kuznetsova, Irina Soloviova, Zhanna Yérkina,Valentina Ponomariova y Tereshkova.



El 16 de junio de 1963, a la edad de 26 años, Valentina Tereshkova a bordo del Vostok-6 se convirtió en la primera mujer en la Historia en viajar al espacio, bajo el nombre clave Chaika (gaviota). Acción realizada sólo dos años después de la hazaña de Yuri Gagarin, a su regreso fue condecorada con el título de Heroína de la Unión Soviética. Retirada del programa espacial, llegó a ser general de Aviación, la única en las Fuerzas Armadas de Rusia.



Serguéi Koroliov, ingeniero y diseñador de cohetes durante la carrera espacial estaba descontento con el comportamiento de Tereshkova en órbita y no se le permitió tomar el control manual de la nave, tal y como estaba planeado. Aunque estaban previstos más vuelos en los que participaran mujeres, pasaron 19 años hasta que otra mujer, Svetlana Savítskaya, viajara al espacio. Ninguna de las otras cuatro cosmonautas del grupo de Tereshkova viajó al espacio.