Todos somos errores acumulados, caprichos, indecencias y faltas de respeto. aberrantes y únicos, escondemos entre pasillos de la mente un sin fin de delitos no cometidos, sabores repletos de ira y rencor no expresado, palabras nunca dichas, mensajes no enviados y abrazos nunca entregados.

Perdonamos menos veces de las que podemos cometer errores, y solucionamos todo de manera tan tajante que las heridas no logran sangrar, establecemos relaciones que duran un instante y muchos permanecemos solitarios por no expresar sentimientos, ni desgastarnos en el intento. así soy yo, inerte ante todo tipo de sentimiento afectuoso, los abrazos no me vienen y nunca me han venido. ni hablar de besar. soy un sujeto de los que prefieren sutiles sabores de compasión y simpatía antes que el desenfreno del romance.
Difícil ya es caminar por la vida, pero aún más es haber caminado acompañado y aprender a seguir solo. de ahí aprendes que todo se hizo para vivir en comunidad, que no es una persona lo que amas sino que amas cuando la amas, amas el poder amar y amas sentir amor de alguien.
Huyo de los compromisos tan rápido como una mechera saliendo de una tienda, tengo las piernas más rápidas en cuestiones de romance. conozco el diálogo perfecto para terminar siendo amigo de todo quien se interese en mi, y me aterran quienes pretender atravesar mi frontera de amistad e inmiscuirse entre mi vida personal. sufro antes de sufrir, me cuestiono antes de sentir dudas y amo antes de sentirme amado. detalles de la inexperiencia y presagios del desastre, el cual se presenta cada vez que me entrego a los brazos de cupido.
Siempre he dudado de quienes se expresan y se entregan más rápido de lo presupuestado, no uso la palabra amor bajo ninguna circunstancia y me derrito de vergüenza si un día la llego a oír en labios de otro.
Amar nunca fue para mi, o al menos eso puedo decir cada vez que termino de amar.
Miro niños pequeños y comprendo que el perdonar no es algo con el que nacemos, puedo ver a mi sobrina bañada en chocolate, jurar que no se ha comido la barra del refrigerador, y aunque halla sido atrapada, no pide perdón ni quitándole sus juguetes (objetos de tanto valor para ella, como lo sería un celular para un nomofobo). me miro y pareciera que nadie me enseño a perdonar como se debe.
Mis prácticas para perdonar son malas por decir lo menos, los primeros pasos antes de perdonar son el odio, la irreverencia, rechazo y los siempre usados insultos. arma mortal en mi caso, ya que manejo un vocabulario extenso de groserías y un arsenal formidable de prejuicios y obscenidades. es preferible herir a quien puede herirte antes, bajo esa filosofía cometí errores tremendos por no saber controlar lo que a todas miradas era nada más que amor.
Perdón, no sería suficiente para pedir hoy. ni tampoco creo en que es justo que me perdonen de todos los errores, porque sé que los daños son tantos y no merezco calmar mi mente, sin antes curar todas las heridas que provoque.
Existen los que dañan sabiendo y los que lo hacemos sin saber la consecuencia, si de algo necesito tu perdón es de no saber perdonar.
Espero que esto calme tu ira, yo abandoné la guerra desde que el amor emigró. espero que lo logres un día.
Perdón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario