lunes, 29 de diciembre de 2014

violencia digital

Se dice que el artista por sí mismo, no puede sugerir violencia, porque para poder expresarla debió sufrirla, ya sea personalmente o como testigo. Por ello, la violencia en el arte debe ser un indicio de que la sociedad que engendró al artista y su producción, es violenta.


El arte entonces, puede asumir el compromiso de promover la libertad y la no violencia. Y de allí surgen dos niveles en que éste puede contenerla o incluirla: “Podemos hablar de arte violento, es decir, de obras que incluyen escenas de crueldad —explica Vattimo— o de un arte que denuncia la violencia social y pública. Es decir, el arte comprometido, como lo entendía Sartre”.



La libertad de resignificación, es lo que da un collage. Las fotografías de monstruos, criaturas animadas y marcianos, permiten materializar imágenes mentales, quizá un poco más atinadas. El esfuerzo que no se hace con la mano y su extensión; el lápiz, se escapa en el ordenador, en millones de minutos de edición.

El creador de collages digitales David Espinosa, trabaja algunos de sus temas predilectos como: inseguridad, pedofilia, canibalismo, zoofilia, violencia infantil y pobreza. Su verdugo, es un personaje muy particular, el Sr. Conejo; un alter ego libre de la culpa moral que obtiene satisfacción en la crueldad sin perder la elegancia del momento.



David Espinosa es un diseñador mexicano que pertenece a la generación de los 90. En cada collage existen imágenes que tienen un porqué claro. Su trayectoria apenas empieza, sin embargo, intuye un camino que ya ha empezado a explorar pero que también requiere de una transformación pronta, pues el tema abordado desde la técnica, pudiera agotarse rápidamente. 

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